Óscar J. Martín

Esta obra, vertebrada en cinco inquietantes microescenas, muestra cómo la destrucción puede ser el mayor acto de amor para uno mismo. Sentir placer con la denigración y la vejación es posible cuando el dolor se convierte en un camino para aceptarse.

"-¿Se han sentido alguna vez una persona sucia? (Estira la malla con el objetivo de que se le noten los genitales)

¿Han deseado alguna vez que alguien les agrediera, que les violaran? (Estira la malla con la porra de manera provocativa. Vuelve al centro. Se da golpecitos con la porra en los genitales, en el estómago, en el culo) Es algo que tengo dentro de mí. (Pausa) Es como una enfermedad. (Pausa) ¡Es mi vida! (Da un sonoro golpe en el suelo. Se desprende de la porra).